Llegamos a Mauthausen con el corazón encogido y salimos del campo de concentración con el corazón congelado, destrozado, incapaz de latir. Visita al fondo del horror y la maldad. Nada de lo leído, de lo escuchado, de la carnicería tantas veces narrada, ficcionada, mil veces explicada, puede igualar este sentimiento con que abandonamos el campo austriaco.
Fuera, el termómetro marca cinco grados bajo cero y un metro de nieve se amontona en un camino que parece infinito hasta el regreso a la civilización. Pero dentro, la temperatura es mil veces inferior. Aquí dentro hay cinco mil grados bajo cero porque el horror lo centuplica todo, te corta la respiración, te conmueve hasta un punto que jamás imaginaste. Las paredes de las barracas parecen llorar todavía por tantas muertes y tanto sufrimiento, por la prostitución obligada, la enfermedad inevitable, el escarnio, la humillación, el sadismo más terrorífico que ha conocido la Humanidad.
En la cámara de gas tu corazón se detiene y el tiempo se frena como para hacer aún más dura la asfixiante experiencia. Intentas imaginar a las víctimas y esa ficción sacude los cuerpos de cuantos nos apiñamos esta gélida mañana en el monte austriaco. Los hornos crematorios, el laboratorio infernal, los experimentos con seres vivos, el rincón ciego de los disparos en la nuca... Horror, horror, horror. Demasiado horror. La culminación absoluta de la maldad humana.
Viaje iniciático que te deja conmovido para siempre. Viaje al centro del horror. Al precursor del Gulag, de los Kosovo o los Guantánamo modernos. Viaje al corazón de la maldad humana del que resurges sin habla, sin aire, sin latidos. Viaje a un infierno del que sales congelado.
¿Quería Occidente exportar la democracia más allá del Mediterráneo? Pues ahí está el resultado palestino. Plenamente democrático. Absolutamente desconcertante. Occidente propone y los pueblos disponen. Irak es una historia catastrófica y Palestina acaba de hacer estallar todos los planes que Bush había preparado. En poco tiempo, ni Arafat ni Sharon son ya los grandes enemigos, sino otros líderes de rostro apenas conocido. Israel es una olla a presión sometida a los excesos de extremistas de todo signo. Palestina es una paradoja inmensa: la democracia le ha otorgado el poder a las armas.
Tras unos días de absoluto desconcierto, Occidente ha reconocido el fracaso de su planificación y ha variado el rumbo. En un ejercicio de pragmatismo insospechado, la Casa Blanca y la Unión Europea están dispuestos a casi todo si Hamás es capaz de una reconversión pactada hacia la pacificación. Abandono de las armas y reconocimiento del Estado de Israel, dos condiciones necesarias y probablemente suficientes para que Occidente continúe financiando las actividades ordinarias de la Autoridad Palestina y la solidaridad humanitaria hacia el pueblo palestino, aportación económica imprescindible para su supervivencia.
Quizás lo que parecía una catástrofe mayúscula, democrática pero catástrofe, acabará siendo una oportunidad gloriosa para la pacificación del territorio más sangriento del universo.
Rajoy es un gran aficionado al fútbol, por lo que su ratificación de Piqué como presidente del PP en Catalunya hay que valorarlo precisamente dentro de esos parámetros: entrenador ratificado, entrenador cesado. Rajoy ha hecho como tantos presidentes del fútbol: ganar unos días de teórica estabilidad hasta que la siguiente derrota fuerce la dimisión. Las ratificaciones “futbolísticas” son así y no cabría esperar algo distinto de un líder político que manifiesta que “Marca” es su diario de cabecera.
Sin embargo, creo que el principal problema de Rajoy no es Piqué, ni las tensiones internas (propias de cualquier partido), ni siquiera esa imagen “vetusta” que Acebes y Zaplana se encargan de alimentar a diario. Tampoco esa fuerza centrífuga del “aznarismo” que ha arrastrado al partido hasta posiciones extremas. El principal problema es que Rajoy lleva tiempo actuando como si la democracia que hay en España no fuese una democracia representativa. Sucedió en el trámite de aceptación del Estatut por el Congreso y ha ocurrido ahora con su movimiento para solicitar un referéndum sobre el mismo texto legislativo catalán.
La cuestión no es estar a favor o en contra, que eso es libre, legítimo y admite todos los matices posibles. La cuestión es colocar la posición política de uno mismo por encima de los procedimientos establecidos. Eso equivale a no aceptar las reglas del juego, lo que resulta chocante en un hombre conservador y serio como es el líder del PP. El Estatut debía admitirse a trámite porque había cumplido escrupulosamente todos los procedimientos legislativos vigentes en España. Se podía y se puede estar radicalmente en contra de todo su articulado, desde el preámbulo hasta la última disposición adicional, pero es un sinsentido rechazar su admisión a trámite cuando resulta que ha cumplido a la perfección las normas procedimentales. Igual sucede ahora con esa propuesta de referéndum inconstitucional, que no se sostiene ni siquiera como pataleta. Rajoy debe oponerse a todo cuanto quiera o desee, pero no puede burlar la esencia de una democracia representativa como la española. Si continúa haciéndolo le mostrarán tarjeta roja.
En un partido en el que conviven almas tan dispares como Bono y Maragall no cabe sorprenderse por los debates y discrepancias internas. Pero en un partido monolítico que hace de la disciplina el estandarte y argumento principal sí resulta significativo interpretar el enfrentamiento entre el secretario general y el presidente del partido en Catalunya.
Por segunda vez en poco tiempo, Acebes y Piqué vuelven a la greña. Primero fue por la imagen antigua que, según Piqué, representa el propio Acebes en tanto que portavoz del PP. Ahora es a cuenta del Estatut. Piqué opina que el acuerdo Zapatero-Mas resitúa el meollo central del Estatut muy cerca de los postulados que el PP de Catalunya ha defendido estos años. No le falta razón: Piqué, Mas y Zapatero podrían pactar un texto común sin excesiva dificultad. Quizás porque esto es claro y meridiano es por lo que Acebes ha disparado de inmediato y con ira contra el propio Piqué, al que le tiene unas ganas enormes.
Proclama Acebes que el pacto definitivo sobre el Estatut fractura España, pero en realidad fractura al PP, sometido a una feroz pelea entre quienes quieren llevar el partido hacia el centro y quienes desean escorarlo hasta la derecha más extrema. Si alguien tiene alguna duda basta ver cómo se han unido esta tarde el fanático extremista Vidal-Quadras (el mismo que acusó a Zapatero de "alta traición") y la COPE para destrozar a Piqué. En su línea de implicar a todo el mundo en la comisión de delitos, Vidal-Quadras acusa al presidente de su partido en Catalunya de un "delito de omisión". Y ni siquiera le aplica la presunción de inocencia...
Flaco favor le están haciendo los militares protogolpistas a las Fuerzas Armadas de la democracia española. Viejas ensoñaciones y mitos franquistas enquistados están sirviendo de excusa a unos cuantos bravucones para soltar soflamas que sólo tienen una víctima: el propio Ejército, al que tantos años y tanto esfuerzo costó quitarse ese purulento historial golpista y antidemocrático que acumuló en décadas de cainismo y en pronunciamientos siempre sangrientos.
El Ejército español de hoy es un modelo democrático y solidario y lo afirmo pese a esas excepciones que pretenden defender una España que no existe. Un personaje con el que no siento ninguna afinidad, como es el ministro Bono, lo ha dicho con meridiana claridad: los militares están al servicio de los ciudadanos, que mediante su voto eligen su sistema de convivencia, su modelo territorial y su forma de vida. Los militares están a su servicio. No son un poder. Están sometidos al poder de los ciudadanos.
Harían bien los buenos militares, los que de verdad aman a España, los que de verdad valoran la disciplina y la lealtad, en aplicar la máxima dureza a esos traidores, desleales, indisciplinados que andan escribiendo, amenazando y pronunciándose contra la voluntad general de los españoles. De lo contrario, al Ejército le costará varias décadas limpiar semejante mancha.
Regreso a este blog tras un mes completo ausente por distintos avatares. Ha sido un mes prolífico, pero observo que el mundo apenas se ha movido: el infarto cerebral de Sharon ha pasado de leve a gravísimo y su estado ya parece irreversible; Michelle Bachelet ha confirmado su candidatura y ya es presidenta electa de Chile, en una revancha sarcástica de la historia; Ellen Johnson-Sirleaf ha tomado posesión de la presidencia liberiana y Angela Merkel ha superado todos los malos augurios de propios y extraños y manda en Alemania con templanza, rigor y optimismo. Aquí, tras el berreo de un general anacrónico, también todo parece igual: el Estatut sigue en negociación y Rajoy en una huida desesperada desde el centro hacia el extremo, para lo que cuenta con la ayuda inestimable de senadores amigos que comparan a Zapatero con Tejero y Pavía, discurso que ni Jiménez Losantos se había atrevido a perpetrar. Irak, por supuesto, continúa empantanado...
Un infarto cerebral leve ha llevado al hospital al primer ministro israelí Ariel Sharon. Noticia tremenda para una zona en permanente inestabilidad. Sharon había abandonado el Likud y fundado, con Simon Peres, un nuevo partido (Kadima) que ya es favorito para las elecciones del 28 de marzo. El accidente cerebral puede marcar una nueva etapa en Oriente Próximo y no precisamente positiva si tenemos en cuenta que ahora mismo las grandes esperanzas de paz entre Israel y Palestina residen precisamente en Sharon, el 'halcón' que se transformó en 'paloma'.
Día de claroscuros. Espléndida jornada electoral en Irak, donde se ha votado en masa (70% de participación aproximada) y sin apenas atentados. Es un éxito para Bush. Pero a la misma hora sabemos que el líder de Al Qaeda en Irak, el jordano Al Zarqaui, fue capturado y dejado en libertad... porque no le reconocieron. Tremendo. En vez de torturas, ‘gulags’, ‘vuelos de la muerte’ y demás violaciones de derechos, habría bastado una simple foto del terrorista para cortar de raíz la ola de atentados y muertes. ¿Así se hace la “guerra mundial contra el terrorismo” pregonada por Bush, Aznar y Blair? ¿Para eso tantos miles de millones de dólares y tanto dolor? El día que el asesino de Miguel Ángel Blanco aterriza esposado en Madrid, Aznar habla de que el Gobierno Zapatero baja la guardia ante ETA. ¿200 detenidos en 20 meses equivalen a bajar la guardia? Que se sepa, la policía española sí sabe identificar a los terroristas. Con foto o sin ella. Bush reconoce que la CIA se equivocó de plano en el asunto de las armas de destrucción masiva. Es de sabios rectificar. Al tiempo, acepta que el Congreso prohíba el uso de la tortura. Otra buena rectificación, pero esta hay que agradecérsela en exclusiva al senador McCain (gran político republicano, hombre recto y cabal, veterano de Vietnam), quien se ha empeñado personalmente hasta el fondo. Bush la ha tenido que aceptar a regañadientes y además ha visto cómo la garantizada renovación de la terrible Patriot Act le estallaba esta tarde en las manos al negarse los senadores a prorrogarla. Es otra buena noticia por más que Bush se rasgue las vestiduras. Nos recuerda que en Estados Unidos sigue habiendo grandes políticos (republicanos o demócratas, da igual) capaces de torcer las locuras del inquilino de la Casa Blanca, de quien también hoy se ha sabido que autorizó el espionaje de miles de conciudadanos. Día de perros para Bush.
Un lector amigo me remite una entrevista con Zygmunt Bauman, escritor polaco de 80 años, profeta del postmodernismo según sus biógrafos e inventor de la “modernidad líquida”. Les aconsejo no perderse ni una línea de la entrevista que acaba de publicar con él “La Vanguardia”. Es un prodigio de lucidez y claridad. Retrata nuestra sociedad de un modo elocuente y notable, aunque ciertamente descorazonador.
Tres mujeres importantes emergen en el masculinizado mundo de la política mundial: la previsible vencedora de las elecciones presidenciales de Chile, Michelle Bachelet; la nueva presidenta electa de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf; y la canciller alemana, Angela Merkel. Tres mujeres que representan la esperanza para sus naciones.
Michelle Bachelet es la previsible sucesora de Ricardo Lagos como presidente de Chile. Con ese triunfo electoral que todas las encuestas adelantan, el país sudamericano cerrará un trágico círculo 32 años después del golpe de Estado de Pinochet. El general de la Fuerza Aérea Alberto Bachelet se había manifestado crítico con la política económica del gobierno de Salvador Allende, pero también había expresado su simpatía hacia el presidente. A la misma hora que Allende era asesinado en el palacio de la Moneda, el general Bachelet era uno de los miles de chilenos en ser detenido y torturado por las fuerzas de Pinochet. Permaneció encarcelado y sufrió vejación y tortura hasta su muerte por infarto en 1974. Su esposa Ángela y su hija Michelle, 22 años en aquel momento, estudiante de medicina, también fueron detenidas y torturadas. Su historia es la de una mujer llena de coraje que supera todas las pruebas que plantea una dictadura y que, tras exiliarse a Australia, regresa para colaborar en el derrocamiento del régimen pinochetista. Años después de la restauración de la democracia, el presidente Lagos la nombró ministra de Salud y en 2002 alcanzó, ironías de la vida, el ministerio de Defensa Nacional desde el que promovió la modernización de las Fuerzas Armadas que habían controlado el país durante la dictadura militar. Ahora, Bachelet se encuentra a un paso de la presidencia de Chile justo cuando el dictador Pinochet se enfrenta a terribles acusaciones en los tribunales.
Lejos de Chile, Ellen Johnson-Sirleaf se dispone a dirigir un pequeño y pobre país africano: Liberia, donde el 90% de la población no dispone siquiera de luz eléctrica. Apodada “dama de hierro” por sus férreas promesas de acabar con la corrupción, Johnson-Sirleaf es una economista de 67 años que trabajó en el Banco Mundial y que deberá imponer todo su conocimiento y su fortaleza física y moral para corregir el rumbo de una nación a la deriva, pobre, corrupta y en permanente guerra. La suya será una lucha contra los elementos.
En la rica Europa, otra mujer, Angela Merkel, dirige los destinos de Alemania. Sólo han transcurrido 16 años desde la caída del muro y una alemana oriental es la canciller de los alemanes unificados. El bienestar germano está en peligro y la democristiana Merkel se ha visto obligada a coaligarse con los socialistas (“Grossen Koalitionen”) para intentar reflotar un país en peligro de quiebra económica. Sus propios aliados de la CSU (el prepotente bávaro Edmund Stoiber) la han ninguneado hasta extremos humillantes, pero esta mujer tozuda y esforzada ha salido airosa de cuantas zancadillas le han propinado propios y extraños. Alemania parece en buenas manos.
Periodista. Productor publicitario. Colabora en radio (RAC 1) y prensa (Sport; El Periódico de Catalunya; World SoccerDigest Japan). Ha ejercido como periodista deportivo en Televisión Española, Mundo Diario, El Correo Catalán, Diari de Barcelona, El 9 Esportiu, Catalunya Ràdio y Ràdio 4. Ha colaborado en numerosas publicaciones y escrito varios libros, mitad deportivos, mitad sociológicos. Director del Centro Principal de Prensa de los Juegos Olímpicos de Barcelona '92 y director de comunicación de Antena 3 TV, antes de cruzar el rubicón de la publicidad y asentarse en la producción de spots. Atleta olímpico en Moscú 1980, ha sido campeón y recordman de España de salto de altura (2,21 metros) en todas las categorías.